Lo clásico y lo mas popular se funden armoniosamente sin alteraciones ni roces. La plasticidad del flamenco mas barroco, se adueña del cuadro que hasta deja llevar de la mano de un maravilloso cuadro de musicos.
De esta nueva unión de elementos tonificantes nace un nuevo orden espiritual que se desgrana en sutiles mensajes, en armoniosos compases, en delicadas composiciones…
Todo muy ajustadamente, muy quemadamente solo roto por el zapateao de una pareja de bailaores de la máxima calidad interpretativa del flamenco…